Artículos editoriales

Fecha: 8/05/09

Para retomar el crecimiento económico

Alejandro Gómez Tamez*

Tal parece que la epidemia de influenza no enfermó nuestros mercados financieros nacionales, dado que esta semana estuvo colmada de muchas buenas noticias en ellos. Tenemos que el tipo de cambio ha mostrado sus mejores días desde que inició la crisis financiera el año pasado, y regresó a niveles de $13.1350 pesos por dólar; por su parte la tasa de interés de los Cetes a 28 días disminuyó nuevamente (no obstante que la inflación no está cediendo tan rápido como el Banco de México quisiera) y se encuentra en 5.54 por ciento; en cuanto a la Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio (TIIE), ésta se encuentra ya en 6.115 por ciento.

 

La baja en las tasas de interés es muy positiva para incentivar la inversión productiva y para generar ahorros en los costos financieros de las empresas y hogares que tienen créditos con una tasa de interés variable, además de que para muchos abre la posibilidad de renegociar los adeudos con mejores condiciones de interés. Desafortunadamente la gente no obtiene sus ingresos ni su empleo de la buena marcha de los mercados financieros, por lo que se hace indispensable lo que está ocurriendo con la economía real de nuestro país. 

 

Durante esta semana se ha confirmado por diversos analistas y por el propio gobierno federal que la epidemia de influenza A(H1N1) si tendrá un impacto sustancial en la economía mexicana durante el presente año.  Tenemos por ejemplo al Grupo Financiero IXE que señala que la epidemia podría ocasionar una contracción adicional del Producto Interno Bruto (PIB) mexicano de 0.69 por ciento; por su parte, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) ha pronosticado que la enfermedad le costará a la economía nacional una caída de medio punto porcentual del PIB.

 

En cuanto a la Secretaría de Hacienda, el subsecretario de Ingresos Alejandro Werner advirtió el martes 5 que la epidemia “tendrá un efecto de disminuir el crecimiento económico entre 0.3 y 0.5 por ciento adicional del PIB. ¿Pero a cuanto equivalen estos porcentajes? Tenemos que en términos monetarios un medio punto porcentual del PIB equivale a unos 60 mil millones de pesos, por lo que ese medio puntito porcentual de caída adicional de PIB equivale a una buena cantidad de producción y de dinero que no habrá.

 

Es por esta razón que la Secretaria de Hacienda ya anunció un paquete de “estímulos económicos” del orden de 27 mil 400 millones de pesos (o sea casi un 0.25 por ciento del PIB), con el propósito de “apoyar a los sectores afectados por la actual epidemia”. Para ilustrar de que estamos hablando, a continuación mencionó algunos de los puntos que pueden resultar más relevantes para la mayoría de los empresarios y ciudadanos:

 

a) Durante los meses de mayo y junio se dará un descuento del 20 por ciento de las cuotas patronales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) correspondiente a los seguros de riesgo de trabajo, enfermedades y maternidad, invalidez y vida, y de guarderías y prestaciones sociales.

 

b) Durante el 2009 las empresas podrán reducir de su pago mensual del Impuesto Sobre la Renta el pago en exceso que hubiesen realizado en el Impuesto Empresarial a Tasa Unica (IETU), en lugar de hacerlo hasta la presentación de su declaración anual.

 

c) Para dar más incentivos a que los gobiernos estatales dejen exentos del impuesto de nómina (empleados) a hoteles, restaurantes y servicios de esparcimiento, y a los turistas del impuesto de hospedaje, el Gobierno federal les compensará a las entidades el 25 por ciento de la pérdida de ingresos asociada a las exenciones que éstos otorguen por los próximos tres meses.

 

d) Habrá créditos disponibles por hasta 5,000 millones de pesos por parte de la banca de desarrollo estatal para pequeñas y medianas empresas y para los sectores más afectados, como hoteles y restaurantes.

 

De estas cuatro medidas aquí expuestas, quisiera mencionar que la del inciso “b” será oxígeno puro para muchas empresas que sufren de liquidez y que es una medida que no perjudica la recaudación de impuestos del gobierno federal. De esta manera, es indispensable que esta política se ponga en práctica a la mayor brevedad para evitar que continúe dándose lo que hasta ahora ocurre: los contribuyentes tienen que esperar hasta que concluya el ejercicio fiscal y sea presentada la declaración anual para que les sean devueltos los saldos a favor que les pertenecen.

 

En este orden de ideas, no cabe duda que las medidas anunciadas por la Secretaría de Hacienda son correctas, sin embargo, hay que cuidar que la instrumentación de estas medidas beneficien a todos los empresarios de manera sencilla, y no ocurra lo que en el pasado que para acceder a algún beneficio se ponían muchos requisitos y trabas burocráticas.

 

Para muchos este paquete de incentivos no está completo, por lo que se vuelve pertinente también hacer eco de algunas otras propuestas en materia de incentivos económicos que han sido puestas a consideración por parte del sector empresarial. Tenemos para ilustrar esto la posición de la Coparmex que ha calificado este paquete como “oportuno”, pero pidió complementarlo con otras medidas tributarias, tales como aplazar 60 días el pago de cuotas al IMSS e Infonavit, condonar multas y recargos a empresas afectadas por la contingencia sanitaria y, en el caso de los negocios que se vieron obligados a suspender labores, que se les condone en su totalidad el pago de las cuotas patronales del bimestre.

 

La Coparmex también ha solicitado que en relación al Impuesto Empresarial a Tasa Unica (IETU), se permita la deducción de los salarios en lugar del acreditamiento, o bien la deducción de prestaciones exentas que son obligatorias por disposición de la Ley Federal del Trabajo, como lo es el aguinaldo y primas vacacionales.

 

Por otra parte, tenemos posiciones como la de la Asociación Latinoamericana de Micro, Pequeños y Medianos Empresarios (Alampyme), la cual ha insistido en la necesidad de legislar en torno a la abrogación del IETU como una de las formas más efectivas de reactivar la economía del país.

 

En lo personal creo que todos los órdenes de gobierno deben apostar fuerte a que la recuperación económica por la influenza y por la crisis financiera internacional tendrá que darse a partir de las micro, pequeñas y medianas empresas, y es por ello que se deben dar fuertes incentivos fiscales a la exportación y manejar estos a través de devoluciones de IVA o de otros impuestos.

 

Por su parte, también es importante que se aumente el porcentaje de compras gubernamentales a microempresas hasta un  mínimo de 20 por ciento; además de que se deben destinar recursos adicionales para apoyar a las empresas en situación de paro técnico que pertenezcan a otros sectores como el textil, calzado, plástico, fabricación de muebles, entre otras.

 

Por último, quisiera también comentar que si bien la economía nacional atraviesa por problemas muy serios, éstos no son iguales a los que vivimos en las pasadas crisis económicas. Concretamente, tenemos que si bien nuestro Producto Interno Bruto sufrirá su mayor contracción desde 1995, también es cierto que nuestro país está demostrando una solidez financiera, monetaria y bancaria que no exhibió en otras crisis. Y por ello, si como empresarios somos lo suficientemente inteligentes, y el gobierno federal y los legisladores son lo suficientemente maduros y capaces, podremos salir de esta difícil situación hacía finales de este año. Si no ocurre esto, pues tendremos que prepararnos para un 2010 igualmente complicado.

 

Director general GAEAP*

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